Por Iván Naranjo

Casi todo nuestro modo de vida se construyó sobre la base de un cultivo .
Pero lo peor apenas está empezando. La cifra total de sacos exportados en 2011 fue un poco más de 6 millones de sacos, pero de esta cifra no nos dicen cuánto estaba en bodega, así que podemos sospechar que la producción fue menor que esta cifra, representando una caída de más de 50% en la producción, claro, allí esta el fenómeno meteorológico de la niña para echarle la culpa, pero no nos crean tan pendejos. Aquí el problema es de administración y gerencia del producto que era el estrella en Colombia, y el Estado Colombiano no puede admitir más delegar esta función en una federación que ya ha demostrado con lujo de detalles que no está a la altura de las necesidades del mercado global, ni tampoco de las necesidades de los cafeteros.
Para rematarles esta columna déjenme contarles algo triste.
En Colombia el mercado interno se suple con los cafés inferiores (en pereirano, pasilla) que al año deben sumar un millón ochocientos mil sacos (1.800.000) pues debido ha la dramática reducción de las cosechas, las pasillas no suman más de 450.000 mil sacos al año, lo que, si ya lo concluyeron antes que yo lo haga, obliga a IMPORTAR 1’300.000 sacos de cafés inferiores para el consumo nacional.
En pocas palabras y esto sí es puro realismo mágico tenemos la mejor marca de café del mundo Y NO TENEMOS CAFÉ, Por eso señores, en Colombia ya no tenemos café ¡ni para un tinto!
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