
En estos casos varias cosas son de preocupar. Pues para muchos tener que aguantarse esta gente estorbando en la calle es un real martirio, mientras que otros ven esto de una manera más aterrizada y prefieren aceptar el hecho de que ellos ocupen cuan sitio haya libre en las calles, pues al fin y al cabo este es su único sustento, y porque no, todo se consigue más barato allí. Y es que en la calle podemos encontrar infinidad de productos, me di a la tarea de recorrer muy minuciosamente las calles del centro Pereirano y solo por mencionar algunas cosas, me encontré con mercados de bisutería, ropa, zapatos, comidas, ese día tenía pensado ir a cine, pero vaya sorpresa, la película por la que iba a pagar alrededor de 50 mil pesos que es lo que vale una ida a cine (con compañía y comidas) la encontré por tan solo 2.000 ó 3 por 5.000, pero lo más impresionante es que a pesar de llevar pocos días en cartelera, allí se podía conseguir en HD, pues al parecer ahora los “piratas” tienen nuevos y mejorados métodos para copiar estas cintas; otra cosa que me llamo mucho la atención fueron los celulares, y es que muy cerca al sitio donde encontramos las películas, hay un grupo de personas que comercian con estos aparatos, podemos conseguir desde un simple Nokia 1100, hasta teléfonos de gama alta como Blackberry o Iphone y lo mejor de todo, a muy buenos precios, ya sean robados, revendidos, nuevos, usados, en fin si tienen poco dinero pero se quieren dar un lujo, esta es una “buena opción”.
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Foto tomada de El diario del otun |
Retomando a lo anterior, es triste el ver un vendedor ambulante a la cara y notar el gran esfuerzo que hace por vender lo que sea, y mucho más por luchar cuando le quieren aplicar extinción de dominio a su mercancía.
Es seguramente muy fácil para quienes toman las decisiones de “atacar” a éstas personas ya que lo hacen desde sus lujosas oficinas y no se dan la oportunidad de ver la incansable lucha que día a día tienen estas personas en la calle y poder así tomar una buena decisión que beneficie no solo a los vendedores, sino también a los transeúntes. Pues es la indiferencia con la que vivimos encima la que no nos deja ver esto con otros ojos.
Y es que acabar abruptamente con los vendedores ambulantes no es la solución más razonable, pues el problema de fondo radica en que ellos no tienen otra método de ganarse la vida, además en muchos casos esta es una profesión muy rentable, “sabiéndola manejar”.
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Foto tomada de http://contodosycontodo.blogspot.com |
Lo cierto del tema es que en muchas oportunidades se han inventado uno y otra forma para acabar con esto, pero como pasa siempre, ha fracasado. Creo yo que buscan a toda hora el método más facilista.
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